¿Qué es?
La radiofrecuencia es un método avanzado para mejorar la laxitud de la piel. Es un tratamiento no abrasivo en el que se aplica energía a través de la superficie de la piel, dando como resultado un aumento de la temperatura en la dermis, donde las células encargadas de fabricar el colágeno, estimuladas por el calor, generan un nuevo colágeno.

¿Cómo es el tratamiento?
Consiste en la aplicación de energía. Se realiza con un dispositivo de mano que refrigera la epidermis,
eviando lesiones como abrasiones y quemaduras de la piel. Luego de un tratamiento de aproximadamente una hora, se presenta un ligero enrojecimiento o eritema que dura poco tiempo. La gran ventaja de tratar la flaccidez con radiofrecuencia es que se puede continuar con una vida social normal inmediatamente después del tratamiento, e incluso no está contraindicado tomar sol, sempre que sea con una protección adecuada.
¿Cuándo se notan los resultados?
El resultado es una piel más tersa y una evidente reducción de las arrugas y la flaccidez. El efecto de tensión se aprecia en forma gradual y progresiva a partir del mes de tratamiento. Se necesitan entre tres y cuatro sesiones, y los resultados suelen durar aproximadamente dos años.
¿En quiénes y cuándo está indicada?

En aquellas personas con una ligera flaccidez en la piel de cara y cuello, pero que aún no necesitan un lifting quirúrgico. La radiofrecuencia también se aplica en otras localizaciones, como la parte interna de los brazos, los muslos, abdomen y glúteos. Puede combinarse con otras técnicas como la luz pulsada intensa.
Al combinar con otros tratamientos como peelings, rellenos y botox, realizados en una secuencia programada, se consigue un rejuvenecimiento facial integral.